El estadio londinense de Wembley con tejido arquitectónico de GKD
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En el corazón de Amberes, el Queen Elisabeth Hall ha experimentado una extraordinaria metamorfosis. Su acústica y diseño la convierten en una de las principales salas de conciertos del mundo.
Las instrucciones dadas al equipo de SimpsonHaugh Architects de Manchester y Larry Kirkegaard, uno de los acústicos más reputados de Estados Unidos, eran tan claras como ambiciosas: debían remodelar un complejo de edificios históricos y crear al mismo tiempo una sala de conciertos ejemplar y de categoría mundial. El proyecto debía realizarse en el corazón de la ciudad portuaria belga de Amberes. El histórico centro de conciertos y baile Queen Elisabeth Hall debía renovarse por completo y ampliarse con una sala de conciertos completamente nueva.
En este punto ya se puede revelar una cosa: La malla metálica especialmente desarrollada por GKD desempeñó un papel protagonista en el diseño del interior.
Integración y valoración histórica
El Königin-Elisabeth-Saal se construyó inicialmente como salón de baile a finales del siglo XIX. Tras la hermosa fachada de estilo Art Nouveau, se construyó una sala de conciertos adicional a partir de la década de 1950, tras la destrucción sufrida durante la Segunda Guerra Mundial. En 2011, se tomó finalmente la decisión de añadir otra sala de conciertos al conjunto de edificios, la nueva Sala Reina Isabel.
SimpsonHaugh Architects integró cuidadosamente el nuevo edificio en el complejo histórico existente. También aprovecharon la oportunidad para descubrir partes previamente ocultas de la antigua fachada Art Nouveau, creando nuevas conexiones entre el nuevo edificio y las raíces históricas del edificio.
Elementos de diseño innovadores para mejorar la acústica
Además de la mejora estética, se prestó especial atención al rendimiento acústico. Por ello, el nuevo auditorio se diseñó según el principio de la caja de zapatos, una forma de construcción conocida por ofrecer el mejor sonido orquestal.
Junto con una distancia calculada con precisión del escenario a la pared y la disposición de los asientos, esto contribuye significativamente a la calidad acústica.
Tejido para una acústica óptima
El techo y la pared trasera del escenario de la nueva Sala Reina Isabel se revistieron con un total de 1.600 metros cuadrados de tejido PC-ALU 6010 de GKD con recubrimiento en polvo de color dorado. En total, GKD revistió 204 bastidores, algunos de ellos ondulados, con este tipo de tejido.
Su fina estructura mejora notablemente la calidad del sonido al distribuirlo uniformemente por toda la sala. Al mismo tiempo, la tela oculta parte del equipo técnico necesario en la sala de conciertos. Los reflectores acústicos móviles, también recubiertos de tela de aluminio y suspendidos del techo, refuerzan la eficacia acústica y contribuyen a la homogeneidad del aspecto.
Aluminio y acero inoxidable en una combinación de colores uniforme
Los arquitectos y acústicos realizaron pruebas exhaustivas para garantizar una experiencia óptima de la sala y el sonido, así como para lograr un aspecto uniforme. Se optó por la malla metálica por su neutralidad acústica y sus propiedades visuales, flexibles y robustas, que encajaban perfectamente con el sofisticado concepto de diseño.
Para conseguir una coloración uniforme de los marcos y la malla, los materiales de la malla se sometieron a un tratamiento previo especial. Mientras que el techo y la pared trasera se cubrieron con malla de aluminio PC-ALU, para las balaustradas de las galerías los proyectistas eligieron la malla de acero inoxidable OMEGA 1520 con alambre de trama recubierto de color dorado de GKD.
Este tejido se caracteriza por su flexibilidad, que le permite adaptarse a las esquinas de formas complejas de las balaustradas. Es lo suficientemente robusto como para resistir los choques al tensarse en la dirección de la cuerda. La instalación del tejido en los parapetos delantero y trasero en una superficie de 400 metros cuadrados exigió una adaptación precisa a las curvas de la estructura.
Calidad acústica
Las mejoras acústicas y el rediseño estético han dado como resultado que la nueva Sala Reina Isabel ostente una calificación acústica de 9,3 sobre 10 puntos. La antigua sala de conciertos obtuvo 6 puntos. La sala de conciertos de Amberes se une así a las filas de renombrados templos del sonido como el Golden Hall de Viena, el Symphony Hall de Boston y la Elbphilharmonie de Hamburgo.
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