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El tejido metálico (también llamado malla metálica o tejido de alambre) es un tejido hecho de hilos metálicos con aberturas dispuestas de forma regular. Se fabrica mediante el entrelazado perpendicular de hilos longitudinales y transversales (urdimbre y trama) en telares. El tejido metálico existe en muchos metales distintos, siendo el acero inoxidable el más común, pero también acero, aleaciones de cobre, aluminio o aleaciones especiales. Constituyen el núcleo de la gama de productos de GKD.
Características principales:
- Estructura porosa regular: Los tejidos metálicos tienen aberturas (mallas) definidas con precisión que van desde unos pocos micrómetros hasta varios centímetros. Esta precisión los hace ideales para aplicaciones de filtración y tamizado, donde se desea separar tamaños de partícula específicos.
- Estabilidad mecánica: Comparados con tejidos textiles, los hilos metálicos son más estables en forma y más resistentes. Los tejidos metálicos soportan fuerzas de tracción, compresión y temperaturas donde los tejidos sintéticos fallarían.
- Resistencia a temperatura y fuego: El metal funde a temperaturas muy altas (el acero a ~1500 °C). Los tejidos metálicos no son combustibles y pueden usarse en procesos de alta temperatura, como hornos o filtros para gases de escape.
- Comportamiento frente a la corrosión según el material: Los tejidos de acero inoxidable son resistentes a la corrosión. Los tejidos de acero simple pueden oxidarse (pero se usan para aplicaciones interiores o tamices desechables). Los tejidos de latón/bronce son resistentes en atmósferas normales.
Principales aplicaciones:
- Filtros industriales: tamices para aceite, filtros de combustible, filtros para airbags (filtros de generadores de gas en automóviles), filtros de polímeros en extrusoras plásticas.
- Tecnología de tamizado: minería (tamizado de minerales), alimentación (tamizado de harina), farmacéutica (clasificación de polvos); los tejidos metálicos son esenciales en máquinas tamizadoras.
- Arquitectura y diseño: tejidos metálicos en fachadas (ver tejidos arquitectónicos), elementos interiores, protección solar o rellenos para barandillas.
- Cintas transportadoras: muchas cintas de proceso (cintas para hornos, secadores) están hechas de mallas metálicas, especialmente tejidos en espiral, pero también tejidos planos.
- Electrónica y tecnología: mallas para blindaje EMI, soportes para circuitos impresos, tejidos de acero inoxidable electropulidos para sensores de presión, etc.
En la práctica, los tejidos metálicos suelen procesarse adicionalmente, por ejemplo tejidos sinterizados (mallas metálicas multicapa sinterizadas para fabricar placas filtrantes estables) o tejidos laminados sobre otros materiales.
Los tejidos metálicos son el caballo de batalla de GKD: como líder mundial, la empresa ofrece una amplia gama que va desde tejidos muy finos (cientos de mallas por cm²) hasta tejidos gruesos con mallas de milímetros. Ya sea malla cuadrada, rectangular o tejido especial, se selecciona o desarrolla el tejido metálico adecuado según el cliente y la aplicación.
¿Por qué tejido metálico? Porque combinan propiedades funcionales (precisión en la separación, capacidad portante) con durabilidad. Donde un tejido plástico se desgasta tras un tiempo, un tejido metálico puede regenerarse (limpiarse) muchas veces y mantiene su forma. Esto justifica el mayor coste inicial en aplicaciones industriales de larga duración.
En resumen: los tejidos metálicos son textiles técnicos universales hechos de metal. Son indispensables en muchas industrias y también se han abierto camino en la arquitectura. Como término del glosario, “tejido metálico” es la base sobre la que se construyen muchos términos especializados (tejidos filtrantes, tejidos arquitectónicos, etc.).