Fachada metálica

Fachada metálica es un término general para sistemas de fachada en los que el material visible predominante es el metal. Esto puede abarcar desde chapas y paneles hasta perfiles o tejidos metálicos. En el contexto de GKD y tejidos arquitectónicos, se refiere principalmente a fachadas diseñadas con tejidos metálicos, que estrictamente hablando son una subcategoría de fachadas metálicas. 

Tipos: 

• Fachadas de chapa: por ejemplo, paneles compuestos de aluminio o paneles de acero corten (superficies cerradas). 

• Fachadas de perfiles: por ejemplo, chapa ondulada o fachadas con casetes. 

• Fachadas de tejido metálico: véase fachadas de tejido. 

• Fachadas de metal expandido (Streckmetall): hechas de chapa expandida con estructura tipo malla. 

• Fachadas con lamas metálicas: usadas para protección solar, entre otros. 

¿Por qué metal?
Las fachadas metálicas son robustas, no combustibles, duraderas y ofrecen una estética moderna. Se utilizan frecuentemente en edificios de oficinas, naves industriales y también en edificios culturales, donde se valora la longevidad y el bajo mantenimiento. 

El tejido metálico como material para fachadas (especialmente acero inoxidable) añade la propiedad de ser semitransparente. Esto lo diferencia de otras fachadas metálicas que suelen ser opacas. Permite a los arquitectos dotar al edificio de un efecto de velo: durante el día el edificio parece cerrado pero ligeramente translúcido; por la noche la luz interior puede brillar y animar la fachada. 

Un aspecto importante en fachadas metálicas es la expansión térmica: paneles largos de aluminio se dilatan con el sol, por lo que se necesitan juntas de movimiento. El tejido metálico ocupa una posición especial, ya que por su estructura es algo flexible y requiere detalles de fijación distintos (sistemas de tensión). 

GKD destaca en fachadas de tejido metálico características como bajo mantenimiento y sostenibilidad (el acero inoxidable tiene un alto porcentaje de reciclaje y una vida útil muy larga). Esto es válido para fachadas metálicas en general: a diferencia de revestimientos o pinturas, el metal generalmente no necesita ser reemplazado, solo limpiado. 

Desde el punto de vista energético, una fachada metálica puede actuar como una segunda piel, ayudando a enfriar el edificio (reflejando parte de la radiación o funcionando como fachada ventilada) y promoviendo la conservación de recursos gracias a su larga durabilidad (menos reemplazos). 

Resumen:
El término fachada metálica en el glosario sirve como término general y como introducción para situar el caso particular de la fachada de tejido metálico. Una fachada metálica puede tener múltiples formas, pero en este contexto el foco está en recubrimientos metálicos abiertos como los tejidos y el metal expandido, que son especialmente innovadores.