Tejido de acero inoxidable
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23. julio 2025Blindaje electromagnético
El blindaje electromagnético (EMV = compatibilidad electromagnética) se refiere a las medidas que protegen a los dispositivos eléctricos o electrónicos de interferencias electromagnéticas, o que evitan que dichos dispositivos emitan perturbaciones. En este contexto, las mallas metálicas desempeñan un papel importante como material de blindaje: pueden funcionar como una especie de «jaula de Faraday» que bloquea o atenúa las ondas electromagnéticas de alta frecuencia.
Una malla metálica de tejido fino (normalmente de cobre, latón o acero estañado) actúa frente a la radiación electromagnética casi como una superficie metálica continua, siempre que las aberturas de la malla sean considerablemente menores que la longitud de onda de la radiación. Por ejemplo, una onda de telefonía móvil a 2 GHz tiene una longitud de onda de aproximadamente 15 cm; una malla con aberturas de 1 mm (0,1 cm) resulta prácticamente impenetrable para ella. Las ondas incidentes inducen corrientes en el metal que se transforman en calor o se reflejan. Así, las mallas metálicas ofrecen un blindaje eficaz en el rango de MHz y GHz.
Aplicaciones del blindaje EMV con malla:
Carcasas de blindaje: Dispositivos o incluso habitaciones enteras (p. ej., laboratorios de pruebas EMV, salas de resonancia magnética en hospitales) se recubren o envuelven con malla metálica. La malla permite visibilidad/paso del aire, pero bloquea, por ejemplo, ondas de radio.
Blindaje de cables: Mallas o trenzados alrededor de cables (p. ej., cables coaxiales, líneas de red) evitan que estos funcionen como antenas. A menudo se utiliza una trenza de cobre densa como blindaje en los cables.
Rejillas de ventilación: En carcasas blindadas con ventilación se emplean rejillas tipo panal o mallas metálicas para permitir el paso del aire sin dejar pasar la radiación electromagnética. Un ejemplo conocido por todos: la puerta del horno microondas, que lleva una malla metálica con orificios en el vidrio para mantener las microondas dentro (blindaje) pero permitir la visibilidad.
Carcasas electrónicas: Placas de circuito o componentes pueden estar protegidos con capuchones de malla metálica fina para reducir la EMI (interferencia electromagnética).
Es importante que las mallas EMV tengan una conexión eléctrica continua: la malla debe estar conectada a tierra o conductivamente unida a la carcasa para permitir la descarga de cargas eléctricas. No deben quedar ranuras grandes abiertas, ya que la radiación podría «escaparse» por ellas. El propio tejido debe ser altamente conductor (cobre, cobre estañado o acero inoxidable). Aunque la conductividad del acero inoxidable es menor que la del cobre, sigue siendo suficientemente alta para muchas aplicaciones; alternativamente, se pueden recubrir plásticos con metal o utilizar textiles conductores (con fibras metálicas).
GKD, por ejemplo, ofrece mallas de blindaje especiales que son lo suficientemente resistentes como para integrarse en estructuras de edificios o revestimientos, y que aun así alcanzan los valores de atenuación deseados.
En resumen: El blindaje EMV mediante mallas metálicas aprovecha la conductividad eléctrica y la estructura fina del tejido para formar un «escudo» contra campos electromagnéticos no deseados. Este método es más efectivo y duradero que los blindajes con grafito o pinturas conductoras, y al mismo tiempo más flexible y permeable al aire que las placas metálicas cerradas.
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